Volver a escribir después de un rato siempre me cuesta un poco de trabajo. Me gustaría seguir teniendo la inspiración de antaño.

Acabo de regresar de Guadalajara, tras las vacaciones forzosas. Antes de que todo se interrumpiera de repente, tenía la energía y las ganas de hacer las cosas rápido, bien y cuanto antes.

Ahora me siento rara, al volver. Siempre pasa, uno pierde el ritmo, hace otras cosas, se conoce y se desconoce a la vez. Mucha fiesta, pero si, me gustó. Mucha nueva música, (bien ahí... gracias!) me ayudará a sentirme bien con la casa semi-vacía y el clima no tan frío como yo lo hubiera querido.

Siempre que voy a Guadalajara por una u otra razón hay sentimientos encontrados que me perturban de cierta forma. Y otros que me alegran. Así es la cosa, ¿no? Mejor subir y bajar que permanecer siempre inmóvil e insensible.

Las tres semanas que siguen, serán pesadas pero bueno, pronto acabará todo. Es raro cómo las cosas pueden cambiar tan rápido, cuando nosotros creemos que tenemos todo bajo control. Disfrutaré más cada día, debo alivianarme y hacer las cosas mejor. Si, pido poco.